El fútbol es una industria de la que viven no sólo los accionistas de los equipos, los futbolistas y los cuerpos técnicos; buena parte de la economía informal se oxigena cada ocho días gracias al juego en el estadio Pascual Guerrero, que propicia la venta de banderas, camisetas, gorras y demás artículos alusivos a los equipos, sin contar la venta de comestibles y hasta el cuidado de correas y demás elementos que no pueden ingresar a las tribunas.Los periodistas deportivos de la radio serían también damnificados si Cali se queda sin fútbol los últimos dos meses del año.Los equipos de fútbol de Cali son empresas privadas, con socios, admi-nistradores y juntas directivas que, aparentemente, tienen independencia para tomar decisiones y para manejarlos como mejor lo consideren. Sin embargo, la gran influencia de estas instituciones, que son consideradas patrimonio de la ciudad, le da derecho a la misma ciudad a vigilarlos.
Extraido de: www.diariooccidente.com.co
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